Este Blog sólo pretende ser una reflexión sobre algunos temas que giran como un tiovivo en mi cerebro. Quizás tú puedas hacer que en algún momento cesen de dar vueltas.
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martes, 28 de septiembre de 2010

¡A la calle! que ya es hora


Cuando el pasado 16 de junio el Gobierno del Presidente Rodríguez Zapatero aprobó, por medio de un Real Decreto, la actual Reforma Laboral estaba subiendo el último peldaño para que, no dentro de mucho tiempo, se consiga alcanzar la desprotección total de los trabajadores y trabajadoras con el Despido Libre, y si no al tiempo. Ese es el único objetivo del verdadero poder económico, de ahí el interés de culpabilizar y enfangar a las Centrales Sindicales ante la opinión pública, con la ayuda de algunos medios de comunicación, aún cuando los Sindicatos "nunca mataron a Kennedy" ni son los culpables de la crisis. Una vez aniquilado el tejido sindical, la clase trabajadora será sólo un náufrago a la deriva a merced de los grandes depredadores económicos.

La actual Reforma Laboral ya ha abaratado sustancialmente el despido, reduciendo en casi un tercio los días de indemnización por año trabajado si el despido es improcedente, y ha reducido los derechos sociales que con tanta alharaca fueron defendidos en la anterior legislatura. La Reforma Laboral incide mucho más drásticamente en la flexibilización del despido, en su correspondiente abaratamiento y en la subvención de una parte de su coste por el FOGASA (Fondo de Garantía Salarial) que en las propias políticas de empleo. En el tiempo que lleva en vigor la actual Reforma Laboral se ha institucionalizado la temporalidad como vínculo mayoritario en los nuevos contratos realizados. No es cierto ni mucho menos que esta Reforma vaya a servir para contener el Paro y para generar diversos y abundantes Nichos de Mercado. España arrastra un lastre secular en la Educación y más concretamente en la Formación Profesional, quizás debido a la mala fama y a la escasísima inversión pública y privada, que es incapaz por sí misma de adaptar la mano de obra necesaria a los nuevos tiempos y a los nuevos mercados.

Otra de las guindas de la actual Ley 35/2010 de 17 de septiembre, aprobada en el Parlamento con los 168 votos exclusivos del PSOE y la anuencia debido a las 173 abstenciones de otros partidos políticos (PP, CiU, PNV, Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y UPyD), es que deja la puerta abierta y sin límites a los posibles despidos por pérdidas. De esta manera, aquellos empresarios que arrojen o prevean malos resultados económicos, o simplemente vean disminuidos sus beneficios, sin llegar a tener pérdidas del capital, podrán despedir de forma procedente a aquellos trabajadores que considere oportuno, pagando una indemnización de 20 días por año trabajado en lugar de los 42 que estaban establecidos con anterioridad.

El Gobierno Socialista ha terminado por apretar el cinturón sólo y exclusivamente a las clases que jamás han provocado la tan cacareada crisis, comenzando por los empleados públicos, de los peores pagados en la Unión Europea, y terminando por los Pensionistas que al final han visto mermado sus ingresos a partir del próximo 1 de enero. Sólo en lo que respecta a los empleados públicos, con sus correspondientes recortes salariales desde el 0’56% hasta el 8% el Gobierno pretende ahorrar hasta 2011 la cantidad de 4.000 millones de euros. Sin embargo, una vez más el Gobierno de España, al igual que el resto de los gobiernos de las grandes economías del mundo, se ha olvidado de aplicar un correctivo a aquellos que de verdad han originado la crisis. La Banca, parte activa sin duda en el origen de la crisis y en la consolidación de ésta por la negativa a generar créditos a las medianas y pequeñas empresas, continúa a día de hoy, aunque en menor medida que en años anteriores, atesorando grandes beneficios y saliéndose por la tangente a la hora de contribuir con una tasa por transacción. Desde luego que no es sólo nuestro gobierno el que debe imponer dicha tasa pero tampoco ha hecho grandes alardes de estar por esa labor. Ningún país ha potenciado en serio la aplicación de tasas a la Banca y a las Grandes Entidades Financieras y no lo han hecho pura y llanamente porque son ellos, los gobiernos y los Partidos Políticos que sustentan a los diversos gobiernos, los que están hipotecados con créditos otorgados para su funcionamiento.

No sé cómo ni cuándo, pero sí sé que es necesario, hoy más que nunca, que comencemos a arrimar el hombro para cambiar las estructuras del actual sistema económico que sólo provoca desazón y mayor desprotección en la gran masa social que es la que levanta a cualquier país del mundo. Después de todo, nosotros somos miles de millones y ellos, aunque tienen el poder del dinero, tan sólo uno miles. Como escribió el gran poeta Gabriel Celaya...

“¡A la calle! que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.”


Ilustración: Il quarto stato, 1901 - GIUSEPPE PELLIZZA DA VOLPEDO