
Ahora es tiempo de felicitarnos y estar de fiesta por el regreso de Aminetu a El Aaiún con sus hijos y el resto de su familia, pero no podemos olvidar que esta tragedia comenzó con una auténtica tropelía de Marruecos, pisoteando los Tratados Internacionales y la Carta de los Derechos Humanos, y lo que es peor aún con la complicidad o brazos caídos, es lo mismo, de España que conocía desde el día antes, según el Ministro Moratinos, después de ocultar que lo sabía durante un mes, lo que el Reino de Marruecos se disponía a hacer. Ahora ya ha llegado el día de exigirle a nuestro gobierno que actitudes tan execrables, como la expulsión de Aminetu Haidar, no se pueden ni se deben volver a consentir. -
Ya no vale mirar hacia otro lado ni esconder la cabeza bajo el ala por temor a romper el equilibrio y la "amistad" con un país que se empeña en empantanar y ahogar las resoluciones de la Naciones Unidas. España tiene la obligación moral e histórica de contribuir firme, enérgica y asertivamente a solucionar el confllicto del Sáhara Occidental porque, recordémoslo una vez más, fue nuestro país quien lo creo abandonando y regalando dicho territorio. Es hora, pues, de ponerse las pilas y hacer justicia reparando todos los errores.
Situación del Sáhara Occidental en el continente africano