Este Blog sólo pretende ser una reflexión sobre algunos temas que giran como un tiovivo en mi cerebro. Quizás tú puedas hacer que en algún momento cesen de dar vueltas.
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martes, 15 de junio de 2010

CRISIS? WHAT CRISIS?

Crisis? What Crisis? Este es el cuarto álbum del grupo británico Supertramp, publicado en 1975. Desde entonces ha llovido bastante no sé si debido al tan cacareado cambio climático o a que, simplemente, la naturaleza ha decidido emular a los humanos volviéndose loca.

Primero nos vendieron la moto para que invirtiéramos en ladrillos, comprando pisos y dúplex que nunca llegaron a tener un valor real por estar sobrevalorados. Parecía que lo único verdaderamente importante era el consumo en viviendas, ya fueran nuevas o de segunda mano. Basta recordar los miles de anuncios publicitarios llamando a la compra de la segunda residencia en la costa o en el campo español. Se construyó mal y demasiado en cualquier pueblo con el pretexto de que era una buena oportunidad para llenar las arcas municipales y mejorar los servicios ciudadanos. Los Bancos y Cajas, amparados en el precio del dinero fijado por el Banco Central Europeo, se encargaron de bajar hasta lo indecible los tipos de interés con el objetivo de acumular cuantas más hipotecas mejor. Gran parte de la población, sobre todo la joven, se vio tentada a invertir en una vivienda. En España, al contrario que en el mundo anglosajón, estamos acostumbrados a ser propietarios y no inquilinos, quizás porque nunca ha existido una política real que facilitase el alquiler, con importantes desgravaciones fiscales e inversión pública para abaratar el suelo.

Después llegó la primera gran debacle financiera estadounidense, con la caída del gigante Lehman Brothers que en 2007 se vio seriamente afectada por la crisis financiera provocada por los créditos Subprime (hipotecas con mayor riesgo de impagos por cuanto sus propietarios no tienen ingresos regulares para acometer los pagos de manera fija). Lehman acumuló enormes pérdidas por títulos respaldados por las hipotecas a lo largo de 2008. Sólo en el segundo trimestre fiscal, Lehman informó de pérdidas por valor de 2.800 millones de dólares y se vio obligada a vender 6.000 millones de dólares en activos. En el primer semestre de 2008, Lehman había perdido el 73% de su valor en bolsa. En agosto de 2008, Lehman informó de que tenía la intención de despedir al 6% de su plantilla, 1.500 personas. Finalmente, el 15 de septiembre de 2008 Lehman Brothers anunció la presentación de quiebra, iniciándose así una caída en cascada de múltiples entidades financieras en los cinco continentes y el consiguiente rescate financiero por parte de los gobiernos de los países, verdadera ruina de las arcas públicas.

La situación económica internacional comienza a desmoronarse, cebándose en mayor medida en países que, como el nuestro, tienen una mayor dependencia del sector de la construcción e inmobiliario. El desmantelamiento de nuestro sector de producción más emblemático ocasiona que las cifras de parados en España se disparen, llegando a los cuatro millones y medio, casi el doble que en los demás países europeos que gozan de una múltiple sectorización de la producción. Es precisamente esta tasa de paro tan alta, el 20’05, la que da un carácter verdaderamente grave a la situación de España porque cuanto mayor es el paro, mayor es el temor a perder el puesto de trabajo y menor es el consumo, iniciándose otra espiral que lleva a la quiebra a numerosos negocios por falta de clientes compradores. Las empresas comienzan a cerrar porque no pueden hacer frente a los préstamos y al pago de nóminas al no tener suficientes ingresos.

Es cierto que el gobierno ha estado dando palos de ciegos con esta crisis desde hace más de dos años, quizás porque tanto el Presidente Rodríguez Zapatero como la plana mayor del PSOE, generacionalmente, estén imbuidos de los sonidos de aquel famoso álbum de Supertramp que negaba la crisis de los setenta. También es cierto que el PP, principal partido de la oposición, y su líder Mariano Rajoy, han dando también palos, esta vez no de ciegos, en el lomo de los socialistas, creyendo que con ello llegará la caída del gobierno y el adelanto de las elecciones, asegurándose un triunfo más que cómodo en las urnas para formar gobierno sin necesidad de pactos posteriores. Sin embargo, este juego del PP, totalmente contrario al que realizan otros partidos de centroderecha europeos, nos va a salir caro a los españoles porque cuanto más tiempo se tarde en comenzar a remontar la crisis, más profunda será la herida económica que termine por desangrar a España y, lo que es peor aún, a sus ciudadanos que han comenzado a perder poder adquisitivo, ilusión e imaginación y a hacer más profunda la crisis.