Este Blog sólo pretende ser una reflexión sobre algunos temas que giran como un tiovivo en mi cerebro. Quizás tú puedas hacer que en algún momento cesen de dar vueltas.
"La utopía existirá mientras brille una estrella en el firmamento"

"La ciencia más útil es aquella cuyo fruto es el más comunicable" LEONARDO DA VINCI

"Sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da." ANTONIO MACHADO


jueves, 11 de noviembre de 2010

¡POR UN SAHARA LIBRE!


Ante la vergüenza que siento porque las autoridades españolas no hacen otra cosa que esconder la cabeza bajo el ala y mirar hacia otra parte en el largo, injusto e inhumano conflicto del Sahara Occidental, reconociendo que hasta fecha de hoy, y según la normativa de la ONU, es nuestro país la actual "Potencia Administradora" del territorio saharaui, independientemente que de facto lo sea el Reino de Marruecos, y ante la barbarie que se está cometiendo contra la población civil saharaui en la capital del Sahara Occidental, he decidido colocar en mi blog el lazo adjunto como señal inequívoca de mi solidaridad con este pueblo. Si tú también lo deseas, puedes colocar la imagen en tu blog.

¡Por un Sahara Libre!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Ninguna religión, ni tan siquiera una ley, vale la vida de un ser humano


La condena a muerte de la iraní Sakineh por haber cometido adulterio se ha convertido en el símbolo de otras tantas mujeres juzgadas y condenadas a la más injusta e inhumana de las penas: la pena de muerte. Todavía hoy, en el segundo decenio del siglo XXI, muchos países continúan legislando y juzgando con la letra y la sangre de la religión sin querer comprender que ninguna religión, ni tan siquiera una sola ley, vale la vida de un ser humano. A pesar de ello, no seré yo quien satanice a religión alguna, pero todas y cada una de ellas, sobre todo las grandes religiones monoteístas, han cometido innumerables tropelías a lo largo de la existencia del ser humano siempre con el objeto de preservar el orden divino y humano, poniendo a Dios como testigo y juez de la vida cotidiana cuando ésta, en uso de su libertad, sólo compete al ser humano.

¿Por qué no se preocupan estos países y gobernantes, defensores de la pena de muerte, de defender la vida y posibilitar que sus hombres y mujeres vivan con una ley, universalmente válida para todos: el respeto a los demás? ¿Acaso, de ser cierto los motivos por los que se le ha juzgado, incluso el posible asesinato de su marido, es lícito acabar con la vida de un ser humano? ¿Pueden las autoridades de cualquier país seguir utilizando impunemente la pena de muerte como moneda de cambio para la opresión e instalación del temor en sus ciudadanos? ¿Es moral que nosotros, los llamados occidentales y miembros de los países más desarrollados del planeta, miremos hacia otro lado como si no pasara nada, como si esto no fuera con nosotros porque al fin y al cabo sólo se trata de una joven mujer casi analfabeta en un país integrista islámico? ¿Podemos continuar permitiendo que la religión se entrometa en el desarrollo de la vida civil? Sinceramente, creo que ya ha llegado la hora de afrontar la realidad, clamando con fuerza y razón, y exigir que el poder público y todo lo que ello conlleva no puede ni debe continuar en manos de aquellas personas u organizaciones que no sepan administrar que el fin último es el bienestar y la felicidad de cada uno de los seres humanos.

Probablemente hoy Sakineh será ahorcada en la prisión donde está encarcelada y casi con toda seguridad mañana o pasado mañana volverán a ser lapidadas otras muchas mujeres por el sólo delito de no creer en unas leyes que nada tienen que ver con la humanidad del siglo XXI. Sin embargo la muerte de Sakineh, de no ser conmutada la pena, debe servir de símbolo para hacer realidad la utopía y que de una vez por todas los Organismos Internacionales, quizás bajo el auspicio de la ONU, tomen cartas en el asunto y exijan que sólo se gobierne, no con el uso de la fe sino de la razón.