Este Blog sólo pretende ser una reflexión sobre algunos temas que giran como un tiovivo en mi cerebro. Quizás tú puedas hacer que en algún momento cesen de dar vueltas.
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jueves, 8 de septiembre de 2011

¿Qué es la poesía?



Según Yves Bonnefoy, la poesía "es aquello que quiere liberar las relaciones entre los hombres de los prejuicios, ideologías y quimeras que los empobrecen".

La palabra poesía proviene del vocablo griego “poiesis”, que significa creación. Platón define este término, en su célebre obra El Banquete, como “la causa que convierte cualquier cosa que consideremos de no-ser a ser”. Heidegger se refiere a la “poiesis” como el “alumbramiento”, como "el florecer de la flor, el salir de una mariposa de su capullo, la caída de una cascada cuando la nieve comienza a derretirse". ¿Acaso puede definirse con más acierto qué es la poesía?

En la antigüedad, a todas las composiciones literarias se les conocía con el nombre de poema. Se trata, pues, la poesía de la expresión de los sentimientos por medio de la palabra, utilizando el verso, es decir aquellas líneas de palabras que están sujetas a una cadencia y, en ocasiones, a una determinada medida, o la prosa: lenguaje poético utilizado sin necesidad de guardar ritmo ni medida.

La poesía es una de las artes más antiguas que se conocen y durante siglos estuvo íntimamente ligada a la música, a la que servía de soporte literario para remarcar el ritmo musical. De ahí que, durante un largo período de tiempo, se le diera el nombre de poesía sólo a aquellos versos que se ajustaban a una métrica precisa y estricta, negando el verso libre donde la métrica carece de sentido o es lo menos importante.

Hoy podemos afirmar que la poesía es mucho más que eso, “la poesía, en voz de Pedro Salinas, es encontrar la esencia de la realidad, descubriendo el tiempo y sus interrogantes”. Es en la poesía donde el ser humano se cuestiona su vida y se desnuda ante sí mismo, dejando aflorar sus más íntimos y profundos sentimientos y se descubre ante los demás y ante el mundo, en un instante íntimo y preciso, abriendo su razón, su corazón y su alma. Decía Rimbaud que “la poesía quiere cambiar la vida”. Y es cierto, quienes escribimos poesía queremos y necesitamos cambiar la vida desde la misma concepción utópica de la vida, proyectándonos en un mundo idealizado y alternativo al mundo existente, para poder realizarnos como seres humanos, pero también lo hacemos para que el otro lea el poema, lo interiorice y lo concluya. Sólo así podemos hacer posible que brote la utopía entre los surcos de la realidad. Basten estos versos del poema Utopías del Maestro Benedetti para comprender la necesidad de continuar creyendo en la poesía y en la utopía:

“cómo voy a creer / dijo el fulano
que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía.”

En palabras de Juan Ramón, “la poesía, principio y fin de todo, es indefinible”. La poesía no puede ser esclava del pensamiento, si acaso éste puede llegar a ser un verdadero cautivo de la propia poesía porque, como dijo César Vallejo, “un poema es una entidad vital mucho más organizada que un ser orgánico en la naturaleza”.

Es cierto que la creatividad poética no tiene ni debe tener limites. No puede ponérsele puertas al campo poético, acotando la forma y el fondo, la poesía no debe tener más fronteras que las que se trazan en el interior de cada poeta a solas con su propia soledad. La poesía no debe ni puede tener más límites que la palabra y el pensamiento libre. Como bien sentenció Leopardi, “la poesía es perderse en lo infinito”.

Decía Jean Cocteau que “la poesía es imprescindible, pero no sé para qué”. Según Gabriel Celaya, "la poesía es un arma cargada de futuro". Y no le falta razón al poeta cuando escribe:

“Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales 

que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.”

La poesía, la palabra es el único arma que tenemos para intentar cambiar este mundo injusto que nos rodea. “Poesía es todo lo que se mueve”, afirma Nicanor Parra. Quienes escribimos poesía no podemos dejar de movernos, no podemos dejar de tomar partido ni dejar de mancharnos, no podemos mirar para otro lado porque nos va el futuro en ello. Como escribió Agustín Millares Sall:

“Vuelvo a la carga y te digo: aquí no cabe
esconder la cabeza bajo el ala,
decir “no sabía”, “estoy al margen”,
”vivo en mi torre, solo y no sé nada”.
Te digo y te repito que no vale.”

En un párrafo de su novela Los pasos perdidos, publicada en 1953, donde se debate el mundo de lo real maravilloso, el escritor cubano Alejo Carpentier afirma: "Llego a preguntarme a veces si las formas superiores de la emoción estética no consistirán, simplemente, en un supremo entendimiento de lo creado. Un día, los hombres descubrirán un alfabeto en los ojos de las calcedonias, en los pardos terciopelos de la falena, y entonces se sabrá con asombro que cada caracol manchado era, desde siempre, un poema." “La poesía, tal y como afirmaba Carmen Conde, es el sentimiento que le sobra al corazón y te sale por la mano.”

"¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul:
¿qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú."

Más allá de lo estrictamente poético de estos cuatro versos becquerianos, un poeta sólo concluye su poema cuando los demás lo leen, lo interpretan y lo hacen suyo. En definitiva, cuando realizan su propia poesía.

Dice Laura Gómez Recas, una excelente amiga y poeta, que “la poesía es una lluvia escarlata, con olor a sangre, que brama entre los dedos y se escapa en un vuelo transgresor donde los haya. Es tu alma la red que has de emplear para atraparla.” Creo que es, sin lugar a equivocarme, una de las definiciones más exactas y bellas de cuantas he leído.

Mi poesía es por tanto la búsqueda de mi mismo y de los demás. Si escribo, lo hago para reflejarme, como en un espejo o en un caleidoscopio, ya sea en el papel o en la pantalla del ordenador, y vaciar los sentimientos y las reflexiones sobre mí mismo y sobre todo aquello que me afecta, sea cercano o lejano. Necesito reflexionar sobre la palabra y el silencio, sobre la vida y la muerte, sobre las relaciones interpersonales porque sólo así puedo hacer realidad mis propios sueños. Mi intención última es encontrar las vetas de luz que habitan entre las sombras.

Haciendo mías las palabras del Maestro Borges, “creo que la poesía es algo íntimo, algo tan esencial, que no puede ser definido sin diluirse. Sería como tratar de definir el color amarillo, el amor o la caída de las hojas en el otoño. Yo no sé cómo podemos definir las cosas esenciales... Si sentimos placer, si sentimos emoción al leer un texto, ese texto es poético. Si no lo sentimos, es inútil que nos hagan notar que las rimas son nuevas, que las metáforas han sido inventadas por el autor o que responden a una corriente tal. Nada de eso sirve. Primero debemos sentir la emoción, después tratarnos de explicar o comprender ese texto. Si leemos un poema como un juego verbal, la poesía fracasa; lo mismo ocurre si pensamos que la poesía es solo un juego de palabras. Yo diría más bien que la poesía es algo cuyo instrumento son las palabras, pero que las palabras no son la materia de la poesía. La materia de la poesía -si es lícito que usemos esa metáfora- vendría a ser la emoción.”

Por todo ello, podemos afirmar que es completamente cierto aquello que escribió José Martí: “Un grano de poesía es suficiente para perfumar un siglo”. ¡Ojalá que ese perfume sea tan embriagador que nos cautive para el resto de nuestra vida!

2 comentarios:

Marisa dijo...

No queda ninguna duda
de lo que es la poesía
después de este amplio
recorrido por las palabras
de tan importantes poetas.

Para mí la poesía es
la esencia del sentir.

Un abrazo

lichazul dijo...

y qué dicen las mejores Poetas?
su voz queda silente en esta entrada
rosas siempre aguerridas
a veces ninguneadas por plumas varoniles
ella tienen la mejor esencia de lo que es Poesía sin duda